03 Sep Tarjeta azul
Inicio con esta primera columna una colaboración quincenal en mi diario, LA NUEVA ESPAÑA, siguiendo la buena costumbre de mi predecesor y amigo, Antonio Masip. Mi intención no es otra que ayudar a estrechar la relación entre el propio Parlamento europeo y mi circunscripción personal, Asturias. Si de algo carece Europa es de una auténtica opinión pública continental que conozca y controle adecuadamente el trabajo político en el seno de este histórico proyecto. Confío también en ofrecer al lector una visión complementaria y quizá en algunos casos poco conocida de la actualidad europea, que aunque sea estrictamente personal no estará guiada por sectarios partidismos, sino exclusivamente por un compromiso inquebrantable con la construcción de Europa, desde el convencimiento de que la bandera azul con sus estrellas representa hoy en día el mejor proyecto político por el que merece la pena desvivirse.
Esta columna tendrá por título Tarjeta Azul, que hoy coincide con el del artículo mismo, en referencia a la pequeña cartulina del mismo color que los diputados utilizamos en los debates de los plenos parlamentarios. A diferencia de los parlamentos españoles, la Cámara europea no entiende de disciplina de voto o de jerarquías burocráticas entre los miembros de la Cámara. Además, la independencia nítida entre el legislativo y el poder ejecutivo hace de este Parlamento un elemento central del control a la Comisión, así como, obviamente, del proyecto legislativo. De este modo, los debates en pleno suelen ser muy dinámicos, con muchas intervenciones, no sólo las de los portavoces oficiales, y con la posibilidad de participar en el pleno en cualquier momento. Así, cuando un diputado valora que la intervención de un colega merece ser contestada, no tiene más que levantar la tarjeta azul, asegurarse de que el presidente del Parlamento la ha visto e interrogar directamente a su predecesor en la palabra. Pues bien, desde hoy levantaré también en estas páginas mi personal tarjeta azul para salir al encuentro de la actualidad europea, esperando aportar una visión adicional que permita la configuración de una opinión libre del informado lector, y servir de eco a las causas justas de mi querida circunscripción.
Artículo publicado en La Nueva España el 3 de septiembre de 2015
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