Conversación virtual sobre política económica de la UE

He empezado el día con un diálogo telemático sobre la respuesta de la Unión Europea (UE) a la crisis económica del coronavirus, organizado por la agencia Political Intelligence y moderado por mi amigo y exportavoz socialista de Economía y UE en el Congreso de los Diputados, Juan Moscoso.

En mis palabras introductorias, he repasado la actuación de las instituciones europeas desde el inicio de la emergencia sanitaria y la adopción de las políticas de confinamiento en el continente: de la descoordinación inicial a las negociaciones del Fondo de Recuperación en las que estamos inmersos, pasando por el pulso entre las autoridades monetarias (Banco Central Europeo, BCE) y fiscales (Eurogrupo) por ver cómo se asumía la respuesta a esta crisis.

Un pulso que, desde mi punto de vista, perdió el BCE, que tras unas desafortunadas declaraciones de su presidenta, Christine Lagarde, se vio obligado a activar un plan de compra masiva de deuda pública y privada por valor de 750.000 millones de euros.

En relación con este asunto, creo que es importante matizar que lo que se dirime actualmente no es tanto si aceptar o no la mutualización de deuda a nivel europeo, sino definir si esa mutualización se produce mediante los balances de los bancos centrales (como ya ocurre de facto), o a través de la fiscalidad. Quienes abogamos por la segunda opción, consideramos que no es deseable cargar al BCE con una responsabilidad excesiva que puede resultar contraproducente en términos económicos a medio y largo plazo.

En cuanto al Fondo de Recuperación, he explicado que, tras el Consejo Europeo del pasado jueves, existe un primer consenso en torno a la necesidad de su creación urgente. El debate se centra ahora en tres grandes cuestiones: la envergadura que debe tener este Fondo; si se articula en torno a transferencias directas o préstamos; y cómo articular los nuevos recursos propios de la Unión necesarios para financiarlo.

Como sabéis, los socialistas defendemos que el Fondo de Recuperación debe distribuirse mediante transferencias directas o subvenciones, algo que ya se hace en el ámbito de la UE con el reparto de los Fondos Estructurales y de Inversión, que tan determinantes han sido en el desarrollo y crecimiento de España desde los años ochenta.

La utilización de préstamos como mecanismo de reparto de este nuevo Fondo no solucionaría el problema macroeconómico que busca atajar: el endeudamiento excesivo de algunos Estados miembros que les impidiera apoyar la recuperación económica una vez superada la emergencia sanitaria. Así lo he argumentado en el diálogo de esta mañana.

Ya en la sesión de preguntas y respuestas, hemos seguido tratando estos asuntos, a los que se han sumado otras cuestiones como la posibilidad de nacionalizar empresas para paliar los efectos de la presente crisis, o la necesidad de revisar la política industrial y reflexionar sobre el proceso de globalización de las últimas décadas.

Asimismo, hemos hablado de la situación de las cuentas públicas españolas en el año 2020. Aunque, a la luz de las previsiones del Fondo Monetario Internacional, las cifras de deuda y déficit no deberían acarrear problemas adicionales para nuestro país dadas las circunstancias actuales, debemos tener presente que la situación financiera de España va de la mano de las políticas que se adopten desde Bruselas. Por tanto, es crucial la creación de un Fondo de Recuperación ambicioso. El Gobierno de España está siendo muy activo y propositivo en el debate europeo de las últimas semanas, algo que debemos reconocer y apoyar.

Ha sido un placer participar en el coloquio de esta mañana, en el que espero haber aportado la perspectiva de los socialistas en el Parlamento Europeo respecto a la política económica de la UE ante la pandemia del coronavirus. ¡Hasta la próxima!

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