Crónicas estivales

Destaca, tristemente, la ausencia de España en casi todos estos encuentros paralelos. Decía Martin Schulz en una reciente entrevista que se percibía a nuestro país alejado de los grandes debates europeos, ensimismado en sí mismo a lo largo de ya más de un lustro de tribulaciones internas. Lo peor es comprobar como ese periodo “introvertido” no sólo continúa, sino que se ha intensificado en último año, sin un ejecutivo con plenos poderes, ni un parlamento totalmente operativo, después de la oportunidad perdida para impulsar un gobierno de cambio y reformista liderado por Pedro Sánchez en el pasado mes de marzo.

La situación complicada de Europa y la de nuestro país han saltado el Atlántico y durante mi internamiento estival en Harvard, estudiando asuntos de seguridad internacional, he llegado a comprobar el nivel de preocupación que despertamos en el hemisferio occidental. La verdad es que más allá de nuestras fronteras, apenas hay un territorio en cierta calma. Desde Rusia, pasando por Turquía y Oriente Medio, hasta llegar a los países de la ribera sur del Mediterráneo. Además, el referéndum del Reino Unido así como la amenaza terrorista terminan de complicar la situación. Después de una Administración Obama totalmente volcada en el Pacífico, me atrevo a vislumbrar un gobierno de Clinton donde Europa estará más presente. En los próximos años, se va abrir, sin duda, una ventana de oportunidad para avanzar sustancialmente en el seno de la Unión en la constitución de servicios de inteligencia y defensa en el marco europeo. Confío en que sabremos aprovecharla.

Por lo demás, las Olimpiadas han vuelto a protagonizar el verano, como cada cuatro años. Al final, Brasil, aún sumida en una grave crisis económica y política, ha podido organizar unos Juegos con razonable éxito y ahora, tras esta cita, bien merece ese gran país un debate interno honesto que permita una salida democrática al actual estado de las cosas. En el lado positivo, España, manteniendo las 17 de medallas de Londres 2012, logró elevar hasta siete las de oro, escalando así varios puestos en la clasificación final, aún a pesar de una primera mala semana. Además, la Unión Europeo, en su conjunto, ha logrado 106 medallas de oro, más del doble que el segundo, Estados Unidos. Incluso con el Brexit, la Unión lidera con amplia holgura la suma de otras federaciones como Estados Unidos o Rusia.

¡Qué este dato nos ayude a mantener la confianza y la esperanza en el proyecto europeísta!

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