De Luxemburgo a Panamá

Desde entonces, la Comisión ha propuesto con el apoyo del Parlamento nuevas iniciativas para la publicidad de esos acuerdos tributarios entre empresas y Estados, abriendo la vía a denuncias por ayudas de Estado ante el uso discriminatorio de tales pactos. Por cierto, la resolución final fue aprobada con algunas lagunas introducidas por los gobiernos nacionales en el Consejo Europeo que siempre acaban minorando las ambiciones del resto de instituciones europeas. Asimismo, la Comisión ha presentado una directiva para forzar la publicación país por país de los beneficios y pagos tributarios de las grandes multinacionales, amplificando así la transparencia del sistema. Además, el ejecutivo comunitario trabaja también en la revisión de la regulación actual del IVA transfronterizo así como en la elaboración de una lista europea de paraísos fiscales, que obligue a comunicar las operaciones de las empresas europeas con tales jurisdicciones. Y en la misma línea, esperamos para el verano una propuesta para la creación de una base común del impuesto de sociedades. Como respuesta el Parlamento, y concretamente el grupo socialista, ha respaldado todas estas iniciativas, pidiendo más ambición y prolongando la comisión especial creada el pasado año para investigar el Luxleaks y liderando ahora una nueva comisión de investigación para los papeles de Panamá.

Todas estas medidas suponen un punto de inflexión de gran calado, situando las políticas contra el fraude como una prioridad máxima, en el entorno también de la lucha contra la financiación de actividades ilícitas, entre ellas el terrorismo. Y esto está ocurriendo después del tiempo perdido en la pasada legislatura europea, protagonizada por una amplia mayoría conservadora, en la que se priorizó una senda de ajuste fiscal centrada en la reducción del gasto público, afectando a los servicios que reciben los ciudadanos, cumplidores mayoritariamente de sus obligaciones tributarias.

Algunas veces Europa nos da malas noticias, aunque casi siempre fruto de las decisiones de los gobiernos nacionales sentados en el Consejo Europeo, como el reciente acuerdo sobre los refugiados cuya respuesta por parte de la Comisión ha sido la propuesta de la creación de un sistema común de asilo. Pero en otras ocasiones, y liderados desde la Comisión por un socialista como Moscovici y con el apoyo de nuestro grupo en el Parlamento, avanza en la buena dirección.

Probablemente, este paquete de políticas no sea suficiente y debamos mantener una presión permanente. Pero apoyemos estas iniciativas que sólo Europa puede tomar y respaldemos a la prensa libre, base de cualquier democracia porque todo defraudador debe saber que, tarde o temprano, todo será público. Hace año y medio fue Luxemburgo. Ahora Panamá. Cuál será el siguiente.

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