España debe volver al BCE

Artículo publicado en El País el 18 de febrero de 2018

España debe recuperar su asiento en el Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo. En 2012, nuestro país perdió esa posición porque Rajoy apostó por un candidato sin perfil adecuado, cuando había otros nombres sobre la mesa que bien podrían haber reunido los apoyos necesarios. Rajoy hizo prevalecer sus sesgos ideológicos y fracasó, aunque el coste lo asumió España. La pasada semana, Luis de Guindos presentó su propia candidatura. Resulta cuanto menos extraño que no fuera el presidente o el ministro-portavoz quien lo hiciera. Esa propuesta se formalizó sin intentar construir una “candidatura de país” y uno se pregunta si alguna vez el Gobierno tuvo tal intención. Para ese fin, elegir a un ministro en ejercicio no era la mejor opción, pero tampoco para el éxito de la operación.

La comparecencia de Luis de Guindos en el Parlamento Europeo la noche del miércoles es buena prueba de ello. El ministro asentó su candidatura sobre sus supuestos éxitos de política económica en España. Su gestión en nuestro país le validaría como candidato perfecto a la vacante del BCE. Y aquí está el problema de fondo.

Resulta obvio que nuestra valoración sobre su actuación, especialmente durante el primer semestre de 2012 que nos condujo al rescate es terriblemente negativa, marcada por declaraciones públicas y reales decretos que dispararon la incertidumbre. Después, tras el rescate, Europa estableció una hoja de ruta ordenada aunque el ministro ha mantenido cierta discrecionalidad para tomar algunas decisiones discutibles en otras crisis más puntuales. Sin pretender evaluar aquí toda su gestión, el PSOE no puede respaldar activamente una candidatura que se ha construido sobre los supuestos éxitos personales del ministro. Resulta evidente.

Dicho esto, es obvio que España debe recuperar ese puesto y, por ello, los socialistas lamentamos profundamente la manera en la que Rajoy ha gestionado este proceso. Hubieran sido necesarias conversaciones previas en busca de una persona con mayor probabilidad de éxito, que hubiera podido concitar, además, un apoyo amplio también en el Parlamento Europeo. En este sentido, el propio Parlamento votó en contra del candidato propuesto por el Eurogrupo en 2012 por los problemas de equilibrio de género en el BCE. Y desde entonces se ha manifestado en multitud de ocasiones a favor de corregir esta situación. Además, el perfil del candidato propuesto por Irlanda, Philip R. Lane, actual gobernador de su banco central, plantea retos adicionales para la candidatura de un ministro en ejercicio. Ambas realidades podrían haber ayudado a planificar otra estrategia en beneficio de España. Lamentablemente no se ha hecho y en la comparecencia parlamentaria de ambos candidatos confirmé mis tribulaciones. Lane concitó un apoyo amplio, que yo no celebro y que hubiera deseado para el candidato español.

En fin, el lunes sabremos si el Eurogrupo respalda a Guindos. Personalmente le deseo suerte. España no se merece un nuevo fracaso. Pero como ciudadano, ni tan siquiera como socialista, debo mostrar mi frustración por la manera sectaria con la que Mariano Rajoy ha gestionado este proceso, tal y como hizo, por cierto, en 2012.

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