28 Sep ¿Hacia un fondo soberano europeo?
El pasado 20 de junio la Comisión Europea presentaba ante los co-legisladores, Parlamento y Consejo de la UE, y ante todos los europeos una nueva propuesta legislativa para iniciar el camino hacia un Fondo Soberano Europeo. El Parlamento así lo había solicitado por amplia mayoría meses antes, y la Comisión respondía con una iniciativa que, aunque bienintencionada, con tan reducida aportación financiera, la deja en muy poquita cosa. Es por ello que, ahora, desde el Parlamento, los socialistas estamos trabajando para mejorar sustancialmente la propuesta. Veamos.
El despliegue del “Plan Verde Europeo” y la aceleración de la transformación digital exigen cuantiosas inversiones privadas, pero también públicas. Los desafíos derivados de la pandemia y de la guerra de Putin sobre Ucrania han exigido también mayor financiación; y aunque la Unión se comprometió directamente en tales envites mediante los fondos del Next Generation EU, también hemos visto un redoblamiento de las inversiones públicas, suavizando el control de la regulación de las ayudas de Estado. Esta flexibilización del apoyo público a las empresas, si bien ha resultado necesaria, ha generado también serias dudas sobre la cohesión del mercado único. O, dicho de otra manera, si se facilitan las ayudas de Estado, pero no todos los países están en igualdad de condiciones, ya sea por tamaño o por espacio fiscal, la fortaleza presupuestaria relativa de unos gobiernos frente a otros podría generar desigualdades muy notables en el seno de la Unión, llegando incluso a incentivar deslocalización en la propia Europa. Por ello, el Parlamento solicitaba recientemente nuevos instrumentos comunes de inversión, que ayuden a afrontar la doble transición, verde y digital, así como a financiar los esfuerzos vinculados a impulsar la autonomía estratégica abierta, que a su vez no resquebrajen la unidad del mercado interior. Pues bien, esta propuesta, como decía, fija bien los objetivos, pero no los instrumentos.
En la medida en que la Comisión ha renunciado a envidar al Consejo en términos presupuestarios, apenas apuesta por una reorganización de los presupuestos actuales. En este sentido, la Comisión propone el estableciendo de un sello “soberano” para los proyectos que se ajusten a esos objetivos y fija una reserva de financiación preferencial para esos proyectos en algunos de los programas europeos actuales. Así, reserva 5.000 millones de euros del Fondo de Innovación, 1.500 millones del Fondo Europeo de Defensa y 500 millones más de Horizonte Europa. Y, por último, aquí sí, amplía el uso de la garantía del presupuesto europeo que hemos puesto a disposición del Banco Europeo de Inversiones (BEI) en el programa InvestEU en 3.000 millones más hasta los 7.500 millones. Es decir, el dinero a disposición de los proyectos que logren el sello institucional de “proyecto soberano” se sustancia en 10.000 millones, la mayoría de los cuales ya estaban en los presupuestos actuales. Por lo tanto, en poco o en casi nada queda el esfuerzo para relanzar esas inversiones desde Europa sin dejar todo el esfuerzo presupuestario en los Estados y, por tanto, poniendo en peligro el mercado único.
Frente a esta propuesta, el Parlamento ha logrado ya un amplio acuerdo para elevar, aunque sea parcialmente, la financiación disponible. Así, en ese pacto inicial se incrementa el conjunto del programa en 3.000 millones de euros hasta los 13.000 millones, y lo que es más importante se propone también coadyuvar los créditos vinculados al Fondo de Recuperación y Resiliencia (FRR) que aún no han sido solicitados por los Estados.
A 31 de agosto, fecha límite para pedir a la Comisión los créditos vinculados al mayor programa de inversión desarrollado gracias al Next Generation EU, el Fondo de Recuperación y Resiliencia, los Estados no han solicitado unos 90.000 millones de euros de los 750.000 millones a su disposición. Por ello, para evitar que esos compromisos de financiación no queden sin ser usados a la vista de las necesidades evidentes de la economía europea, los socialistas hemos propuesto que tal volumen de préstamos siga a disposición de los Estados a través de los compartimentos nacionales del programa InvestEU que gestiona el Banco Europeo de Inversiones (BEI). De esto modo, los Estados tendrían una segunda y última oportunidad para solicitar dicha financiación disponible a la Comisión, que lo pondría a disposición de los Estados a través del BEI, ayudando así a todos los países de manera equilibrada, relanzando las inversiones necesarias, pero evitando distorsiones en el mercado único. Esta propuesta ha sido bien recibida por casi todos los grupos de la cámara parlamentaria y previsiblemente podría incorporarse a nuestro acuerdo final, que deberá ser negociado después con el Consejo de la UE.
En fin, seguimos trabajando para superar los actuales problemas económicos, aderezados por la restricción monetaria del Banco Central Europeo. Seguiremos informando.
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