Ante el inicio de un nuevo año

Un nuevo ejercicio se inicia en la Unión Europea plagado de esperanzas e incertidumbres. En el Consejo Europeo el recién elegido presidente, Charles Michel, ha completado su gabinete y el pasado martes se confirmó, por fin, que Pedro Sánchez mantendrá su presencia (e influencia) en esta institución comunitaria. El ejecutivo de Ursula von der Leyen comenzó el mandato con la comunicación del Plan Verde, y a finales de este mes de enero deberá presentar un “programa de trabajo” para el conjunto del curso. En el Parlamento, los nuevos diputados ya se orientan perfectamente por esta casa y empiezan a encontrar su hueco en los distintos comités, mientras que el gobierno croata se hace cargo de la presidencia rotatoria del Consejo durante este primer semestre antes de pasar el testigo a Alemania. Así pues, Europa ya está en marcha.

A corto plazo, el próximo día 31, el Reino Unido abandonará definitivamente la Unión Europea con el acuerdo de salida cerrado hace ya hace un año por Theresa May, y retocado ligeramente en el pasado otoño para encontrar un mejor acomodo a la situación de Irlanda del Norte. La amplia victoria de Boris Johnson ha despejado el trámite parlamentario en Westminster y tras la salida habrá que negociar un nuevo acuerdo que fijará las relaciones permanentes entre el Reino Unido y la Unión. En principio, el periodo para negociar ese acuerdo permanente concluye a final del presente año, y aunque Johnson no quiere alargar este plazo, parece complicado cerrar un pacto en tan sólo once meses. Veremos, pues, cómo evolucionan estas conversaciones con el gobierno británico, que seguirá pilotando Michel Barnier por el lado europeo.

Respecto al programa de trabajo de la Comisión, y tras la presentación del Plan Verde que contempla una larga pléyade de iniciativas, el ejecutivo comunitario podría avanzar en otras áreas como la digitalización, el desarrollo de un mercado europeo de defensa, la unión del mercado de capitales o la mejora de los derechos de los consumidores, especialmente en la economía de los datos. Es importante también el debate que se ha iniciado en torno a las tensiones de la política de competencia, el nuevo mercado digital, y la política industrial enlazada con el desafío climático. De esta discusión saldrá una nueva síntesis que marcará la actividad de la Comisión en los próximos años.

Por su parte, Parlamento y Consejo estamos a la espera de las nuevas iniciativas legislativas, mientras se continúan cerrando acuerdos sobre propuestas del pasado mandato, que no decaen con la convocatoria electoral. Así, a finales del pasado año, ambos colegisladores alcanzamos un acuerdo clave para el desarrollo del Plan Verde en torno al reglamento para la creación de una “taxonomía” ambiental en el ámbito de las finanzas. El reglamento establece las condiciones y las características de los “activos verdes” y se reconoce también las “actividades” que, aunque transitorias, contribuyan también en el periodo de transición. De este modo, una vez definido qué es y qué no es verde, los ahorradores, consumidores, empresas, trabajadores y legisladores podrán guiar sus decisiones para alinear a todos los agentes en ese camino hacia la neutralidad climática.

Y unas últimas palabras sobre la reciente investidura de Pedro Sánchez, que rompe por fin casi diez meses con un gobierno en funciones. Es evidente que, tras las últimas elecciones, y conjurados para evitar unos terceros comicios, la mayoría parlamentaria que respaldó Sánchez representaba la única opción para iniciar la legislatura. Se abre ahora un periodo de oportunidades para ampliar derechos y libertades, mientras se enfrenta a notables desafíos a la vista del ambiente percibido en estos últimos días durante el debate de investidura. Confío, pues, en una relajación de las pasiones que sosiegue la arena pública. Adelante.

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