06 Sep Los primeros compases de la legislatura europea
Este artículo fue publicado originalmente en La Nueva España, el 5 de septiembre de 2024.
Tras las elecciones europeas celebradas en el inicio del mes de junio, la nueva legislatura se inició formalmente a mediados de julio. En esas fechas se constituyó, primero, el Parlamento, y a continuación se desarrolló el debate de investidura de la candidata del Consejo Europeo a presidir la Comisión, el poder ejecutivo de la Unión, Ursula von der Leyen. La alemana aspiraba a renovar mandato después de una primera legislatura marcada por la negociación del Brexit, la COVID y la guerra de Ucrania, crisis todas ellas que la Unión supo enfrentar con criterio y sentido de la responsabilidad, más allá de una orientación claramente progresista en la gestión, por ejemplo, de las consecuencias económicas de todas ellas.
En todo caso, las negociaciones para la investidura de Ursula von der Leyen no fueron sencillas. Por una parte, las elecciones europeas habían ampliado la presencia de la extrema derecha en la Cámara y la propia von der Leyen había estado jugando con la posibilidad de buscar el apoyo del gobierno de Meloni en el Consejo y de uno de los grupos más derechistas del Parlamento, el de los Conservadores y Reformadores Europeos (ECR, por sus siglas en inglés). Por otra parte, el programa de gobierno debería incluir reclamaciones claves que los socialistas defendimos en campaña, entre ellos el diseño de una política de vivienda desde la propia Unión.
Pues bien, finalmente, la investidura de von der Leyen fue respaldada por populares y liberales, junto a socialistas y verdes, deslizando la mayoría pro-europea hacia la izquierda, toda vez que el Partido Popular intentó hasta el final sumar a ECR al acuerdo, dejar fuera a los Verdes y aislarnos a los socialdemócratas. De este modo, y tras unas elecciones que arrojaron resultados muy difíciles, la influencia de la extrema derecha y sus tres grupos parlamentarios ha sido nula en las primeras decisiones adoptadas por la Unión: el nombramiento del socialista portugués Antonio Costa como presidente del Consejo Europeo, y el proceso de investidura de Ursula von der Leyen.
Respecto al programa de gobierno de la Comisión Europea, el grupo socialista arrancó el compromiso para la creación de una nueva cartera para el impulso a una política de vivienda, una cuestión fundamental, especialmente para los más jóvenes. Por otra parte, Ursula von der Leyen insistió en la necesidad de disponer de instrumentos públicos y europeos de inversión, en línea con un objetivo estratégico defendido por los socialistas, entre cosas para relanzar una nueva estrategia industrial, vital para Asturias. Sin embargo, el camino hacia el mantenimiento de un fondo similar al Next Generation EU acaba de empezar. En este sentido, el proceso que aún queda por delante para la conformación del conjunto de la Comisión Europea será esclarecedor sobre cómo se va a enfrentar este desafío.
En fin, tanto la elección del presidente del Consejo Europeo como el proceso de investidura de la presidenta de la Comisión se han resuelto razonablemente bien para aquellos que apostamos por reforzar el proyecto europeísta y orientarlo hacia posiciones progresistas con el respaldo que el electorado europeo nos otorgó en las pasadas elecciones. Con todo, los riesgos siguen siendo muy notables.
En primer lugar, la capacidad de configurar mayorías progresistas sin el concurso de los democristianos, que fue muy útil en el ámbito de la defensa de los derechos civiles, donde los liberales se unían a los socialistas y verdes, resulta ahora imposible de mantener. Y, en segundo lugar, el grupo popular podría articular una mayoría derechista, con el respaldo de los tres grupos de la extrema derecha constituidos en el Parlamento Europeo (ECR, los Patriotas, y los Soberanos) así como con el apoyo de los liberales en algunos aspectos. Esta tentación, que en algunos países como el nuestro o en Italia forma parte de la cruda realidad, estará ahí durante toda la legislatura y deberemos ofrecer lo mejor de nosotros mismos para conjurarla. Atención.
Sorry, the comment form is closed at this time.