Por una Europa asturiana

Apenas quedan unos días para las elecciones municipales, autonómicas y europeas del domingo. Recuerde que los comicios también son europeos, porque en esa jornada nos jugamos también el éxito del gobierno progresista de Pedro Sánchez en nuestro país y, por supuesto, el encaje de nuestra región en las grandes decisiones comunitarias.

En la próxima legislatura europea se decidirá el marco presupuestario de la Unión para el periodo 2021-27 y, con ello, la cuantía y los destinos de los Fondos Estructurales, Fondos de Cohesión, programas de innovación y un largo de etcétera de políticas comunitarias. Por supuesto, la Unión aprobará una nueva Política Agraria y Pesquera Común (la PAC), a la vez que asistiremos al seguimiento de las políticas energéticas e industriales. Habrá que encontrar un equilibrio adecuado entre el liderazgo de la Unión en la batalla contra el cambio climático y la competitividad de nuestra industria, que pasa por impulsar esa transición ecológica más allá de nuestras fronteras, que garantice el cumplimiento de los objetivos climáticos y diseñe un marco regulatorio equivalente.

Probablemente, estos debates resulten algo alejados de su día a día, pero merece la pena que se detenga a contrastar quién financia las obras que se están realizando en su ayuntamiento o en toda la región. Verá el logotipo de la Unión europea en casi todas ellas. Vale la pena detenerse a conocer quién colabora en la diversificación económica del medio rural con los fondos Leader, o quién contribuye a los programas de formación de los desempleados.

Pero no todo es dinero.
En los últimos años, miles de ciudadanos han visto cómo sus cláusulas suelo u otros productos complejos, que la banca les colocó en el albor de la crisis, fueron declaradas nulas gracias a una directiva europea, no transpuesta a la legislación nacional. Y también como los desahucios y otras medidas traumáticas se paralizaron. Europa sigue otorgando un marco institucional y regulador vital para nuestro día a día.
Pero a su vez, Europa ha sido incapaz de adoptar un marco común de asilo a refugiados, la revisión de las políticas de austeridad no ha sido completa, y el Pilar Social no acaba de arrancar; mientras la extrema derecha y el nacionalismo se extienden por el continente.

Por todo ello, es necesario que la ciudadanía se active y participe en las elecciones del domingo, legitimando así el proceso democrático de la Unión. Por nuestra parte, como socialistas daremos la batalla por el avance de la Union, una institución que hemos heredado creada para acabar con las guerras civiles entre europeos pero que ahora, además, debe introducirse de hoz y coz en la regulación de mercados globales y la redistribución de la renta.

Y además, Asturias debe tener voz y oído en Bruselas para defender nuestra visión de Europa y las necesidades particulares de nuestra región. Para todo ello, aspiro a renovar mi escaño en el Parlamento, aunque un poco triste ante la ausencia de candidatos competitivos y comprometidos con Asturias en el resto de fuerzas políticas. Sólo votando al PSOE, podremos tener representación en Europa. Y también esto nos debería hacer reflexionar sobre el compromiso del propio PSOE con Asturias y su presencia en los grandes centros de decisión.
Informaba este diario en esta semana del proyecto piloto aprobado recientemente por la Unión, a instancia de mi oficina parlamentaria, para financiar un programa de investigación para la producción de acero con menores emisiones de CO2. Industria, innovación, transición energética justa. Por ahí va el mundo y ahí debemos encajar a Asturias. A vuestra disposición para lograrlo.

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