26 May Querido indeciso, querida indecisa
En la recta final de esta campaña electoral y tras la finalización del periodo en el que se pueden publicar legalmente encuestas, es preciso señalar que todas ellas, con independencia de otras consideraciones, recogen un elevado nivel de indecisión. Tal es así que en torno a un veinte por ciento del electorado no tenía decidido aún la intención de su voto el pasado fin de semana. Es decir, uno de cada cinco asturianos no tenía claro su voto hace apenas unos días. Es probable que, en estos momentos, algunos de ellos hayan clarificado su posición. Pero, sin duda, todavía existe un buen número de personas dilucidando su voto y quizá algunos, aún con cierta inclinación hacia uno u otro partido, siga dándole alguna vuelta.
Si eres una de esas personas, me dirijo con esta columna a ti, con el propósito de contribuir a tu reflexión final antes de la cita con las urnas con un par de ideas. Ideas, claro está, cuyo fin último es asegurar un gobierno estable, solvente y comprometido con nuestra Asturias; algo que, hoy por hoy, solo garantiza el PSOE.
En primer lugar, te pido el voto para el PSOE si te identificas con posiciones políticas de izquierda y de centro-izquierda. Esta petición de voto resulta, he de decirlo, menos controvertida. Si bien las encuestas publicadas recogían una victoria socialista en las elecciones autonómicas, también es cierto que la diferencia entre la izquierda y la derecha en nuestra comunidad autónoma se reduce frente a las pasadas elecciones. En el peor de los escenarios, el margen se estrecha hasta apenas un diputado, una diferencia que bien podría estar dentro de los márgenes de error de las propias encuestas. De este modo, aún con una victoria del PSOE, no es totalmente descartable que el reparto de escaños en la Junta General del Principado no recoja fielmente la mayoría social progresista de la región.
Es sabido que la traducción de votos a escaños no es automática. Por ello, y ante la potencial mayoría conservadora en el parlamento regional, merece la pena animarse a votar por el PSOE como la opción electoral más eficiente para garantizar una mayoría progresista en la cámara y, adicionalmente, evitar que VOX condicione cualquier pacto en nuestra región. No repasaré aquí el calamitoso impacto que tendría otorgar ese poder a la extrema derecha. Tú, querido indeciso, querida indecisa, sabes de sobra sobre lo que estoy hablando: acciones de gobierno como las de nuestra vecina Castilla y León dan buena cuenta de ello. Por último, esta solicitud del voto al PSOE para los ciudadanos más a la izquierda tiene una especial relevancia en las circunscripciones del Oriente y del Occidente asturiano, donde el PSOE es la única opción política progresista que puede traducir los votos en escaños. Importante.
En segundo lugar, me dirijo también a ti, indeciso más moderado o sin apriorismos ideológicos. Espero ayudar en tu reflexión previa al 28-M. En las clases del máster en gestión de empresas que cursé hace algunos años, nos explicaban que, en cualquier organización empresarial, casi todo funciona regular, pero siempre hay algo que funciona bien, y es precisamente eso lo que permite obtener beneficios. De este modo, si los males eran muchos y los bienes uno sólo, antes de iniciar cualquier reforma había que asegurarse de que nuestro esfuerzo estaría enfocado adecuadamente y no destrozaríamos en el intento de arreglar los problemas aquello que ciertamente garantiza la supervivencia de la compañía.
Pues bien, nuestra comunidad tiene algunos problemas. Buena parte de ellos, compartidos con otras regiones de Europa y otros más particulares. Pero nuestra región tiene unos activos que no debemos pasar por alto. Asturias cuenta con un sistema educativo de mayor calidad que el de nuestras comunidades autónomas vecinas, que facilita que funcione el ascensor social como en pocos sitios. Nuestro modelo sanitario público, que combina la atención primaria, una red extensiva de hospitales y unos equipos de élite en diversos ámbitos, ofrece una calidad asistencial que deriva en una esperanza de vida de calidad muy por encima del promedio. Ambas responsabilidades están en manos del Gobierno autonómico.
Por otra parte, Asturias sigue contando con un corazón industrial competitivo que nos garantiza un superávit comercial permanente y empleos estables, a lo que se ha unido un sector turístico que contribuye -y mucho- a nuestro crecimiento. El sector primario avanza en una modernización apoyada por fondos europeos; con problemas, sí, pero todo ellos similares a los de nuestro entorno y ninguno específico de nuestra tierra. Las vicisitudes de la agricultura, la ganadería o la pesca no son locales, aunque algunas soluciones sí lo son, como los éxitos que registramos en el creciente sector agro-alimentario, que es importante poner en valor.
Por último, una consideración sobre la crisis demográfica: Debemos felicitarnos por el incremento de la población de este último ejercicio, que rompe la senda decreciente de décadas gracias a las políticas puestas en marcha por el Ejecutivo asturiano, que continuarán reforzándose con un nuevo Gobierno del PSOE.
De este modo, y observando a Asturias desde el exterior, nuestra comunidad se encuentra en una posición positiva para afrontar los nuevos retos y los problemas que aún persisten. Problemas que no se resuelven con bajadas de impuestos generalizadas, ni con gobiernos apoyados por aquellos que renuncian a la modernidad, es decir, por VOX. Esas recetas fáciles y, por otra parte, profundamente ideológicas, minarían los activos con los que ya contamos para afrontar el futuro, sin aportar beneficio alguno.
Y termino con una breve reflexión adicional sobre el candidato socialista y su estilo de liderazgo. Adrián Barbón, actual presidente del Principado de Asturias, mostró en los peores momentos de la pandemia su calidad humana, su bonhomía y su extraordinaria empatía. Supo aunar voluntades, proteger y liderar en momentos muy críticos, donde otros vivíamos consumidos por la incertidumbre y el miedo. Ese esfuerzo le capacita y le honra para seguir al frente de nuestra comunidad autónoma.
En fin, vayamos a votar el domingo. Celebremos la democracia. Y reconozcamos los esfuerzos que nos han traído hasta aquí. Protejamos lo bueno de nuestra Asturias y miremos al futuro con esperanza. Cerremos cualquier opción para la inestabilidad y las guerras ideológicas de la extrema derecha. El PSOE es la única fuerza política capaz de convertir las oportunidades del actual momento de transformación global en mejor calidad de vida para el conjunto de la ciudadanía. Te pido, pues, el voto para Adrián Barbón y los alcaldes y alcaldesas socialistas. ¡Vamos!
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