Un asturiano en la supervisión bancaria europea

En la primera semana de febrero recibía una llamada matutina de José Manuel Campa para adelantarme que se presentaba para ocupar la vacante en la presidencia de la Autoridad Bancaria Europea (ABE). El proceso de selección exige un examen previo de todos los candidatos por parte del Comité de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo, donde la institución debe pronunciarse, normalmente por amplio consenso. Después, el Consejo de Administración de la propia ABE, donde están representados los distintos Estados miembros, elige formalmente al aspirante que, en cualquier caso, debe pasar por un trámite posterior en busca del respaldo final del Parlamento. De este modo, el Legislativo europeo participa en la deliberación previa, dando una opinión sobre todos los candidatos, y en el proceso de ratificación posterior.

Pues bien, el lunes 4 de febrero me llamaba Campa para ponerme al corriente de su candidatura, respaldada por el gobierno de España, y se interesaba así por los detalles del proceso en el Parlamento. El miércoles 13 se iniciaba formalmente el trámite con la audiencia en el Comité de Asuntos Económicos y Monetarios de los tres candidatos. Esa comparecencia se celebró en Estrasburgo a puerta cerrada, para evitar filtraciones que pudieran afectar el proceso, y sin desvelar secreto alguno, el asturiano concitó un apoyo amplísimo que llevó al Parlamento a recomendar su nominación. A continuación, el Consejo de la ABE hacía lo propio una semana después y el pasado martes comparecía de nuevo ante el Parlamento. Si la primera entrevista en la cámara se centró en el perfil personal de cada candidato, en la de esta semana la evaluación amplió el foco para discutir los retos que la ABE tiene por delante.

Esta institución se creó en el año 2011, dando continuidad al anterior Comité Europeo de Supervisores Bancarios y ampliando su misión para responder adecuadamente a los retos de la crisis financiera. La ABE analiza la aplicación de la regulación europea en los distintos Estados miembros, aterriza alguna legislación con desarrollos concretos y puntuales que deben ser adaptados a partir de la norma general y también realiza estudios de estrés sobre las distintas entidades para analizar potenciales problemas. Desde su fundación había sido presidida por el italiano Andrea Enria, que recientemente ha sido elegido presidente del Mecanismo ed Supervisión, otra entidad más especializada para los bancos de la eurozona, y no para el conjunto de la Unión.

En este caso, el perfil del candidato era incuestionable. Doctorado en Harvard, académico a ambos lados del Atlántico, miembro del último gobierno de Zapatero, que tuvo que enfrentar la peor crisis financiera en un siglo, y en los últimos tiempos más centrado en el sector privado. Aun así, en este tipo de vacantes entran en juego también las consideraciones de equilibrio territorial o otras, pero en todas estas disquisiciones la candidatura de José Manuel Campa ha mostrado una fortaleza extraordinaria.

En cualquier caso, el Parlamento ha lamentado, de nuevo, la ausencia de candidaturas femeninas, cuya ausencia no puede explicarse exclusivamente por motivos aleatorios. El mundo económico continúa lamentablemente muy masculinizado, y en la cercanía del próximo 8-M no debemos dejar de combatirlo.

En fin, debemos congratularnos, en primer lugar, como europeos al saber que contamos con la persona idónea para una institución como la ABE. Pero no podemos ocultar tampoco, que, como asturianos, debemos congratularnos porque un paisano pasé a ocupar tan alta responsabilidad en la Unión Europea.

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