12 Sep Una nueva Comisión paritaria
Tras la elección de la nueva Presidenta de la Comisión Europea en el mes de julio, Ursula von der Leyen, los ritmos de la Unión nos dirigen ahora al debate sobre la composición de su Ejecutivo. El pasado martes, la Presidenta ha comunicado la composición de su propuesta de Comisión, después del proceso de negociación con los distintos gobiernos nacionales durante el mes de agosto. Ahora, el Parlamento se prepara para examinar a cada uno de los candidatos en uno de los procedimientos que bien podría adaptarse a nuestras democracias nacionales. Durante los primeros días del mes de octubre cada comité parlamentario evaluará los conocimientos técnicos, la experiencia profesional y las credenciales europeístas de los distintos candidatos. Un examen que cada una de las personas seleccionadas para ocupar una cartera en la Comisión debe aprobar, así como el conjunto del Ejecutivo en votación del pleno.
Sobre la propuesta presentada por Ursula von der Leyen cabe destacar, en primer lugar, su naturaleza paritaria. En este sentido, la Comisión estará compuesta por catorce varones y trece mujeres, presidida a su vez por la primera Presidenta de esta institución en la historia de la Unión. En segundo lugar, la familia socialdemócrata, a la vista de su poder en las distintas capitales, obtiene la mayoría relativa de carteras, entre las que destacan la Vicepresidencia Ejecutiva Primera para el holandés Frans Timmermans, el puesto de Alto Representante para el español Josep Borrell, y la entrada del antiguo primer ministro italiano Paolo Gentiloni en la responsabilidad de economía. De este modo, la responsabilidad socialdemócrata se verá acentuada en esta nueva Comisión, y confío en que marcará una línea clara en la actuación del Ejecutivo.
Sobre las apuestas políticas de la futura Comisión, von der Leyen ha querido señalizar claramente sus prioridades. Por una parte, Timmermans asumirá la responsabilidad de liderar el lanzamiento de un nuevo Green Deal a escala comunitaria, para modernizar y adaptar nuestras economías al desafío climático, y contará para ello con los comisarios de energía, medioambiente y economía. Una política que debe, a su vez, apostar por la creación de ese ajuste en frontera para evitar la fuga de carbono. Por otra parte, Margrethe Vestager, también como Vicepresidenta, se ocupará de los retos tecnológicos y digitales, mientras retiene la cartera de Competencia, desde la cual ha liderado en los últimos años el esfuerzo europeo contra los oligopolios empresariales en estos sectores. Y finalmente, se mantiene Dombrovskis como Vicepresidente para el área económica, quien tendrá que trabajar mano a mano con los socialistas Gentiloni, Elisa Ferreira, centrada en el desarrollo de la política regional y la condicionalidad para los programas de convergencia, y Nicolas Schmit, en cartera de trabajo. Asimismo, Francia ha incorporado al equipo de comisarios a Sylvie Goulard, con una cartera para el desarrollo del mercado interior, muy orientada a la revisión de la política industrial, junto a las responsabilidades en defensa, que se dotará de una nueva dirección general.
En otro orden de cosas, Ursula von de Leyen sitúa a la ya actual comisaria checa Věra Jourová como responsable de Estado de Derecho, quien junto al belga Didier Reynders, en la cartera de Justicia, y ambos liberales, deberán hacer frente a los desafíos provenientes de Polonia y Hungría. Además, la socialista sueca Ylva Johansson se haría cargo de Interior, quien deberá cooperar con Margaritis Schinas, que se hace cargo de la extraña comisaría de “estilo de vida europeo”. Ambos deberán diseñar una nueva política de inmigración para la Unión.
Una primera evaluación de esta propuesta de Comisión, con una distribución paritaria, con mayor presencia de candidatos socialistas y una agenda de profundización en la unión económica, junto al impulso de políticas climáticas e industriales apunta, sin duda, en la buena dirección. En todo caso, habrá que esperar al desarrollo de las comparecencias de los candidatos para tener una valoración más concreta.
En otro orden de cosas, la semana pasada el Comité de Asuntos Económicos y Monetarios examinó también a Christine Lagarde, como candidata a la Presidencia del Banco Central Europeo (BCE). En su intervención, Largarde insistió en la necesidad de desarrollar una política monetaria altamente acomodaticia, dando continuidad a la labor de Mario Draghi, y apostó por una revisión del marco conceptual de funcionamiento del propio Banco Central. Ambas cuestiones fueron clave para nuestro voto a favor, que ahora deberá revalidar ante el pleno la próxima semana en Estrasburgo.
En fin, el curso político se ha activado ya completamente en la Unión Europea, mientras sigo con preocupación las dificultades para facilitar una investidura de Pedro Sánchez en nuestro país. Veremos cómo van evolucionando los acontecimientos porque el mundo no espera por nosotros.
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