08 Dic La última milla
Artículo publicado en La Nueva España el 7 de diciembre de 2023.
Mañana viernes, los ministros de economía de los Estados miembros de la Unión, previsiblemente, alcanzarán un acuerdo sobre las nuevas reglas presupuestarias, después de más de dos años sin rigidez alguna en virtud de la activación de la “cláusula de escape” de las actuales normas fiscales, que han facilitado una respuesta adecuada a los desafíos económicos derivados de la pandemia, primero, y del impacto de la guerra de Rusia sobre Ucrania, después. Por su parte, el Parlamento Europeo aprobará, también en principio, el próximo lunes su posición sobre la misma propuesta inicial de la Comisión.
Parlamento y Consejo, pues, cerrarán en este inicio de diciembre sus textos sobre las nuevas reglas fiscales, y se iniciará entonces una negociación entre ambas instituciones que nos llevará hasta finales del invierno, con el objetivo de alcanzar un acuerdo que pueda ser validado por el Parlamento antes de su disolución en el mes de mayo previo a las elecciones de junio. El Consejo no tiene este limitante temporal porque sus miembros, los ministros, se renuevan con cada elección nacional o cambios varios de los gobiernos nacionales. En todo caso, estamos en la última milla de una reforma de calado sobre los márgenes de maniobra de las políticas económicas nacionales, que tendrán afección posterior a las políticas autonómicas y municipales.
Los detalles de la negociación en Consejo y Parlamento son delicados. Conozco de primera de mano las discusiones en el Parlamento, como diputado y como portavoz del grupo socialista europeo en el Comité de Asuntos Económicos y Monetarios, y de segunda los debates en el Consejo, liderados por mor de las presidencias rotatorias, por el Ejecutivo español. Con todo, no es momento aún de anunciar los grandes cambios que supondrán estas nuevas reglas. En primer lugar, porque hasta que no haya un acuerdo, todas las vías de discusión siguen abiertas y, en segundo lugar, porque aún quedará esa negociación entre Parlamento y Consejo en los próximos meses para tener certidumbre total.
Aun así, ya se pueden adelantar algunas líneas de esa reforma, en la medida que algunos asuntos estaban ya incorporados en el documento inicial de la Comisión, que es quien inicia el proceso de negociación con la publicación de su propuesta, y no han formado parte del grueso de las disputas entre los grupos parlamentarios en la Eurocámara ni entre los ministros de los distintos Estados.
Pues bien, la mayor restricción de las normas vigentes procede de la obligada reducción de las deudas públicas nacionales en un cinco por ciento anual de la diferencia respecto al límite del 60 por ciento del PIB. La implementación en estos momentos de esta formalidad introducida en el acervo legal europeo en la crisis financiera y fiscal de 2008-2010 junto a otras medidas restrictivas como contrapeso a los programas de rescate y a la propia creación del Mecanismo Europeo de Estabilidad supondría conducir a una recesión inmediata a la economía europea. Hay consenso, pues, en eliminar este requisito legal.
Por otra parte, hay acuerdo también en que la estabilidad presupuestaria ponga el foco en la sostenibilidad de la deuda, controlando su evolución mediante el control de una variable de gasto público. Y todo ello bajo unos análisis individualizados para cada país sobre las perspectivas del comportamiento de la deuda pública a medio plazo. Ahora bien, ambos acuerdos que incrementan notablemente la flexibilidad del modelo, sumados a la eliminación de la reducción obligatoria anual de ese cinco por ciento de la deuda superior al 60 por ciento, han levantado algunas críticas por la elevada discrecionalidad del sistema resultante, que quizá no garantizaría un tratamiento uniforme entre Estados.
Para evitar este problema, los diputados del Parlamento y los ministros del Consejo han venido barajando distintas opciones. Entre los diputados, somos mayoría los que apostamos por un control más directo del trabajo de la Comisión en el diseño de esos planes individuales por parte del Parlamento Europeo. Entre los ministros, pero también entre algunos grupos parlamentarios, se ha apostado por introducir algunas salvaguardas cuantitativas, que sin llegar a los efectos nocivos de esa reducción lineal y para todos del cinco por ciento anual de la deuda por encima del 60 por ciento, hagan converger sin valoraciones cualitativas los niveles de deuda. Y como siempre, el diablo está en los detalles.
En fin, en los próximos días conoceremos finalmente las propuestas de Parlamento y Consejo y se iniciará de nuevo la negociación con el objetivo de permitir el inicio del curso presupuestario de los Estados en la próxima primavera. Los próximos años se están jugando en esta negociación. Atentos.
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