Una notable osadía

Querido Diego:

Permíteme responder a tu carta al director, publicada en este diario el miércoles. Lo hago por alusiones a mi persona, pero también deseando contribuir al debate público sobre asuntos europeos.

El pasado 6 de abril, este diario titulaba: “Diego Canga afirma que ya ha cerrado con la UE la autopista del mar y la reactivación de la ZALIA”, lo que defines en tu carta como un “error”. En ese sentido, en tu entrevista del 9 de abril, intentas corregir parcialmente la noticia del titular previo, aunque sólo en lo referente a la ZALIA y no sobre la recuperación de la autopista del mar. De este modo, reincides en un supuesto acuerdo, en este caso para la autopista del mar, y ni en esa entrevista ni en tu carta clarificas la naturaleza de la desinformación que se asemeja, permíteme, más a un bulo que a un error.

Resulta inquietante que solo intentes, sin conseguirlo, aclarar este embrollo tras la presentación de mi pregunta parlamentaria a la Comisión sobre ello. Toda vez que, el pasado viernes, el comisario de Presupuestos y Administración, Johannes Hahn, anunciara que tu situación, a cuenta de tus filtraciones sobre las ayudas de Estado a ArcelorMittal, “está siendo tratada conforme a las normas aplicables en la materia”, establecidas en el artículo 86 del Estatuto de los funcionarios y sujeto a unas sanciones fijadas en la sección 3 del Anexo IX.

Por cierto, hablando de “errores”, la Comisión estima el coste de cada pregunta parlamentaria en 515 euros (<a href=»https://www.europarl.europa.eu/doceo/document/E-8-2018-001353-ASW_EN.html»>https://www.europarl.europa.eu/doceo/document/E-8-2018-001353-ASW_EN.html</a>). Una cifra bastante alejada de los 5.000 euros en los que cuantificabas tal ejercicio de control democrático. Estás a tiempo de enmendarte.

Aprovecho para anunciarte ya una nueva pregunta a la Comisión para conocer si el Ejecutivo comunitario puede clasificar como “no prioritaria” una pregunta “prioritaria” de un diputado, tal y como has comentado públicamente. Estaría bien que rectificaras también a este respecto.

En fin, Diego. Di la bienvenida a tu candidatura en noviembre. Creí que podría servir para amplificar el debate sobre Europa en nuestra comunidad, con independencia de mi voto, comprometido con el PSOE.

Sin embargo, tus primeras declaraciones, asumiendo en primera persona decisiones de las instituciones políticas comunitarias, me parecieron una profunda imprudencia. Así te lo hice saber. Continuaste con una senda de filtraciones improcedentes para un funcionario. Seguiste tu andadura anunciando supuestos acuerdos con la Comisión, a los que ahora llamas “error”, pero sin asumir tu responsabilidad. Y terminas en tu carta con unos párrafos sobre mi trabajo que prefiero obviar.

Cualquier político se puede equivocar o defender medidas que algunos ciudadanos no compartan. Es la base de la naturaleza humana y de la democracia. Pero lanzar bulos y realizar declaraciones en Asturias pretendiendo que nadie las fiscalice sólo pueden partir de una notable osadía.

Confío en que lleguen pronto las elecciones, haya veredicto, y nos veamos de nuevo por Bruselas. Estoy seguro de que, de vuelta a la capital comunitaria, recuperarás el buen tono y la bonhomía.

Un cordial saludo,

Jonás Fernández

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